COMO LOBOS SEDIENTOS (10.000 DOLLARI PER UN MASACRO), de Romolo Guerrieri

Como lobos sedientos, dirigida por Romolo Guerrieri en 1967 con el título original de 10.000 dollari per un masacro, es el ejemplo palpable de que los horizontes del espagueti western son mucho más amplios de lo que pueden pensar quienes limitan esta variante del cine del oeste a las producciones dirigidas por Sergio Leone y Sergio Sollima. Hay mucho más por descubrir en el amplio abanico de posibilidades que ofrece el western mediterráneo. Por ejemplo esta curiosa producción protagonizada por Gianni Garko, uno de los actores fundamentales de esta corriente de western europeo, que aquí aparece con el seudónimo de Gary Hudson y años más tarde alcanzaría relevancia como el protagonista de la saga del pistolero Sartana, icono esencial del género. Además su personaje en esta ocasión fue bautizado con el nombre de otro célebre icono del cine del oeste co-producido entre Italia y España, Django, principalmente para explotar el éxito del personaje que con ese mismo nombre interpretara un año antes Franco Nero a las órdenes de Sergio Corbucci en el largometraje titulado Django.

Django es en esta ocasión un cazador de recompensas, así que anda a mitad de camino entre el pistolero sin nombre interpretado por Clint Eastwood en Por un puñado de dólares y el Djangode Franco Nero que ha inspirado el Django Unchained de Quentin Tarantino.
Pero además en el reparto encontramos otro elemento de vinculación al espagueti western, como la presencia en el reparto de Claudio Volonté, alias Claudio Camaso, hermano de Gian María Volonté, especializado en interpretar villanos esenciales de esta corriente de películas del oeste en Por un puñado de dólares y La muerte tenía un precio. Claudio tiene un estilo que es casi clónico del de su hermano, pero en su caso a ratos resulta incluso más siniestro. Fue el compañero de Garko en otro espagueti western que comentaré en breve, Tu cabeza por mil dólares, demostrando que era un complemento perfecto para formar una curiosa pareja de protagonista y antagonista enfrentados de las que eran tan frecuentes en este tipo de películas.
Esa secuencia del principio en la que Volonté/Camaso y Garko/Hudson se cruzan en un desfiladero, el delincuente pasando junto al cazador de recompensas, que le deja crecer como botín de futuro, porque, como anuncia el título de la película, este Django no persigue a nadie por menos de 10.000 dólares de recompensas, y el bandido interpretado por Volonté todavía no ha alcanzado dicha cotización, es una de las muestras de que estamos ante un espagueti western distinto del habitual, más metido en la corriente más poética y reflexiva del subgénero, estilo El gran silencio, de la que ya he hablado en este blog. Hay algo siniestro en la vinculación entre estos dos pistoleros, presa y cazador, condenados a entenderse y a matarse en cuanto se descuiden. Ese nexo extraño entre ambos es el motor de la trama a un nivel que va más allá de los tiroteos y puñetazos habituales en este tipo de producciones. Es la salsa de la típica historia de venganza, paliza, persecución del botín, etcétera.
Además hay otro personaje destacado, Mijanou, la dueña del saloon que hace también las veces de burdel, interpretada por Loredana Nusciak, una de las más atractivas actrices europeas de los años sesenta y setenta.
Y también aporta su grano de arena el gran Fernando Sancho, en el papel de mejicano que tan bien se le daban a él y a José Bódalo cuando les fichaban para este tipo de tramas.
Resultado de todo lo anterior, un espagueti western distinto, con otras claves, que nos descubre una nueva cara de ese inagotable diamante en bruto que es el western mediterráneo.
Imprescindible y obligada para los aficionados al cine del oeste cocinado en Europa. 
Dejo dos fragmentos, el principio (ojo a la manera de encuadrar al personaje entre las patas del caballo) y uno de los tiroteos, a título de anzuelo o ejemplo para pescar a nuevos aficionados a este tipo de cine repleto de ideas y referencias cruzadas. 

Deja un comentario